El Colegio Campanario nació en el año 1997 fruto del anhelo de siete matrimonios de la zona de Buin, quienes deseaban un modelo educativo diferente para sus hijos: un modelo con un fuerte sello familiar que, basándose en una visión cristiana del hombre y de la sociedad, formara integralmente a sus alumnos, sacando de cada uno de ellos lo mejor de sí. Estas familias fueron apoyadas por la Fundación Educacional Barnechea, la que les entregó los primeros impulsos y directrices para proyectar y conformar las diferentes áreas del Colegio y los acompañó durante quince años.
En marzo de 1998, el Colegio abrió por primera vez sus puertas a las nuevas familias y alumnos, inaugurándose con una Misa presidida por Don Orozimbo Fuenzalida, Obispo del lugar, quien lo consagró al Patrocinio de San José. El padre adoptivo de Jesús fue pensado desde sus inicios por las familias fundadoras como el Santo que debía modelar los valores y actitudes de todos quienes estudiaran o trabajaran en el Colegio. Por esto, la distinción más importante que el Colegio entrega es el reconocimiento San José, el que refleja el ideal que el Colegio busca plasmar en sus alumnos.
El año 2005 se produjeron dos acontecimientos muy importantes y estrechamente vinculados entre sí: egresó la primera generación de alumnos, que representaba la culminación de todos los sueños emprendidos ocho años antes, y la Virgen María, bajo la advocación de la Madre tres veces admirable de Schoenstatt (Mater), fue coronada como Reina del Colegio por las familias fundadoras en el Santuario Bellavista, confiando en sus manos todas las circunstancias y decisiones importantes del Colegio. Por primera vez se hizo patente la alianza con la Virgen María, que durante años había sustentado y alimentado la vida del Colegio.
El año 2013, luego de una larga relación con la Fundación Educacional Barnechea, el Colegio decide buscar un horizonte pedagógico propio, conservando sellos muy importantes como parte de sus raíces: la valoración por la cultura y la centralidad de la música y el arte en la educación para la formación de una persona integral. Este horizonte se concretó el año 2018 con la incorporación del Colegio a la red de colegios de la Fundación Pentecostés, de la cual el Colegio forma parte hasta el día de hoy. Esta red se sustenta en una pedagogía kentenijiana y una espiritualidad schoenstattiana, las que hoy configuran el rumbo del Colegio de cara hacia el futuro.
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