El sentido de nuestro Colegio, y por lo cual trabajamos, es entregar a nuestros alumnos un ambiente de crecimiento personal, de estudio y de excelencia donde aprendan sintiéndose felices y queridos.
Nuestro esfuerzo está puesto en crear un clima favorable para el aprendizaje. Ello incluye, junto a buenos docentes y contenidos, también una sala ordenada y limpia y alumnos en actitud de aprender con todos sus materiales en clase, con las tareas realizadas y corregidas , con disciplina en el aula y con la responsabilidad de hacer bien todo lo que le corresponda hacer. Día a día, con paciencia y perseverancia y entregando una profunda formación en las virtudes humanas, una buena clase, un buen ejemplo, una corrección oportuna, una muestra de afecto y la exigencia que corresponde, vamos formando a cada alumno que tenemos en nuestras aulas. Su formación académica y crecimiento intelectual está íntimamente unido a su crecimiento en la fe Católica. A medida que ellos crecen en la virtud, crece en ellos también el gusto por las cosas bien hechas. El resultado de ello sólo puede ser positivo tanto en su crecimiento personal como académico.
Nuestra misión es enseñar a nuestros alumnos que Dios quiere siempre lo mejor para cada uno de nosotros. Un alumno seguro del amor de Dios es un alumno seguro de si mismo, confiado, que se desarrolla en un ambiente de armonía con sus compañeros, profesores y toda la comunidad escolar.
Nuestros alumnos, a medida que crecen, van entendiendo cada vez más la importancia del programa de estudios y las relaciones existentes entre las diversas disciplinas que se imparten. El entendimiento en el largo proceso de aprendizaje implica darse cuenta de cómo aprendemos y la relación que existe entre las cosas. Es muy positivo escucharlos opinar sobre sus clases de filosofía, religión , química o biología.
Nuestro proyecto educativo busca precisamente formar alumnos exigentes académicamente porque ello significa que están concientes de su propio proceso de aprendizaje y de lo que pueden esperar de él. Esto significa, para los diversos departamentos que forman el área académica de nuestro Colegio, la permanente revisión de los programas de estudio, la introducción de nuevos contenidos y metodologías, nuevas sugerencias de bibliografía para nuestra biblioteca, la participación en actividades académicas internas y externas al Colegio, la búsqueda de interesantes salidas culturales y en general de nuevos desafíos académicos.
Agradecemos a todos los padres que han elegido a nuestro Colegio para la formación de sus hijos, nuestros alumnos. Gracias al Centro de Padres por su importante contribución. Gracias a todos nuestros auxiliares y administrativos que en forma silenciosa hacen posible que el Colegio funcione en tantos aspectos fundamentales. Gracias a nuestros excelentes profesores que hacen posible con la entrega dedicada y profesional la materialización en el aula del proyecto educativo del Colegio Campanario. Gracias a nuestros capellanes y a Monseñor Juan Ignacio González por su constante compañía. Gracias a ustedes queridos alumnos por su entusiasmo y por dar sentido a nuestro quehacer.
Rebeca Conte
Directora
Directora
© Todos los derechos reservados - Colegio Campanario
Comentarios